Cuantas veces me he
alejado del camino, y me he envuelto en el pecado y luego volver a pecar.
Me
siento como una oveja extraviada, que necesita de su pastor.
Otra vez me siento
destruida, confundida.
¿Por qué se me hace tan
difícil prometer algo a Dios y luego volver a salirme del camino?
No hay comentarios:
Publicar un comentario